No se trata de un servicio o un producto, hoy tenemos claridad de que en cualquier lugar un tratamiento, un facial, o un protocolo de belleza cumplen con las características para el que fueron diseñados.
Puede ser un lugar muy grande con mucha gente colaborando, o un pequeño espacio que tienen el mismo objetivo, atender de manera profesional a sus pacientes.
Habrá algunos que lo hacen muy bien, con procesos, procedimientos y metodologías, habrá otros que lo ejecutan basándose en la experiencia de sus colaboradores entre los que podemos encontrar: doctoras, enfermeras, cosmetólogas, dermatólogas, entre algunas otras.
En algunos casos descubriremos que todo está bajo control, como por ejemplo los tiempos, el espacio, la iluminación, la música, y en otros casos nos sorprenderá encontrar algunos detalles que no cumplirán con nuestra expectativa, por lo que sin duda dejaremos de asistir.
Y justo aquí es a donde queríamos llegar, una buena experiencia es efectivamente aquella en la que se cumple con la expectativa del paciente, en la que se recibe lo que se busca, tanto en el servicio como en el resultado, pero esta es la parte más fácil y sencilla de la oferta. En donde encontraremos miles de negocios con propuestas muy similares.
¿En dónde esta lo interesante?
Lo valioso es cuando el protocolo, el servicio o el tratamiento dejan de ser lo más importante, y se convierten en un componente de la experiencia, lograr el equilibrio entre el trato cordial y amable, preciso y servicial;
¿Qué es lo que consideramos para lograr esta experiencia?
Un espacio agradable, una clínica limpia, bien iluminada y ordenada; que huela rico, con un olor particular en la clínica y en los cubículos que generen una identidad con cierta personalidad; música seleccionada para lograr un momento especial, personal, que permita un entorno adecuado para relajarse o para disfrutar de una estancia cómoda y placentera; con un sabor particular propiciado por un buen café, por un té e incluso en ocasiones por un vino para acompañar este momento especial.
Cuando encontramos esta combinación de variables, en la que el paciente es el objetivo central, que es sorprendido, apapachado y cuidado por todos los puntos de contacto y que todos los momentos están diseñados para su atención y satisfacción, descubrimos la magia. Que la llamaremos “Experiencia Extraordinaria”.
El Reto
En Clínica MOS lo hemos entendido, y buscamos justo lograr el momento perfecto para lograr que nuestros pacientes nos visiten no por un tratamiento o un servicio, nos visiten por todo lo que ofrecemos alrededor de su expectativa, evidentemente damos por hecho los resultados, pero nuestro reto es lograr proporcionar una experiencia especial, desarrollada con mucho cuidado, cuidando todos los detalles. Es decir una “Experiencia Extraordinaria”
Alfonso Ríos || Clínica MOS
@ponchorios
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